Cuento: “En otoño, castañas”

¡En otoño, castañas!

Hace días que el otoño se ha instalado en el jardín. Una alfombra de hojas secas cubre el suelo. Y los animales, juegan a tirárselas por encima a puñados.

Hoy, la mariquita Antoñita sale a buscar setas con su prima Marta. Todavía no habían dado cuatro pasos cuando Antoñita señaló una seta enorme. -¡Mira que seta tan bonita!.

-Esta no se come, es venenosa – le dijo Marta.

Poco a poco, Antoñita y Marta llenan los cestos de setas. De repente escuchan un ¡PUM! y un puñado de bolas con pinchos les caen encima de las narices.

-¡Ah!¡Qué lluvia tan rara!.

Las dos mariquitas se refugiaron bajo la seta gigante. Cuando recuperaron el aliento oyen a alguien llorar.

-¡Ahhhhh!¡Yo vivía dentro de una castaña!. Explica el gusano Manuel. -Pero la han asado y he tenido que marcharme. Ahora no tengo casa. Buaaaaaaaaaaaah!

De nuevo otro ¡PUM! Y caen del cuelo más bolas con pinchos.

-¿Qué será todo esto? . Antoñita se va con curiosidad a una de las bolas.

-Son castañas que caen del castaño. Dice Manuel que aún solloza.

-¿Y por qué no buscas otra castaña para vivir?. Propone Antoñita.

-Porque me dan miedo las espinas y tengo que esperar a que algún animal se las quite. Pero también me dan miedo los animales. Buaahhhhhhhhhhh!

-¿Y por qué no intentas vivir dentro de una seta?. Se le ocurre a Marta.

-Es que no me gustan .

-No te la tienes que comer, sólo tienes que vivir en ella. (Antoñita está a punto de perder la paciencia).

-En esta seta estarás tranquilo. (Insiste Marta). Las setas venenosas no las toca nadie.

-¡Ah!¡Qué buena idea! (Pero Manuel aún duda)

Y Antoñita le insiste -Veeeeeenga, deja de lloriquear y muévete-

Por fin, Manuel deja de llorar y con la ayuda de las dos mariquitas, el gusano le hace un agujero a la seta gigante, y se instala dentro muy cómodo.

-Ya tengo casa nueva ¡viva! ya tengo casa nueva. ¡Adiós amigas!

Antoñita se fija en el árbol que tiene al lado. -¡Eh, mirad que castaña más grande!. Y se acerca y lo sacude.

¡¡¡¡¡Nooooooooooo!¡Antoñita!. (Manuel y Marta intenta detenerla). ¡Que eso es un granado!

Demasiado tarde. Las granadas caen del árbol y una de ellas se le rompe encima. Y del zumo, la mariquita Antoñita, se vuelve completamente, roja.