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Cómo educar en igualdad de género

Si partimos de la idea de que la personalidad, valores morales y comportamiento de una persona en su mayor porcentaje se adquiere de la influencia externa que recibe, así como de la sociedad en la que vive, su entorno familiar, amistades, etc. ¿Por qué no intentamos modificar nuestros actos y actitudes para conseguir una sociedad basada en los principios de respeto e igualdad de oportunidades para todos/as independiente de nuestro sexo?

Para ello es de gran importancia trabajar la igualdad y la tolerancia desde las edades más tempranas, intentado eliminar estereotipos y prejuicios que discriminan tanto a un sexo como a otro en determinadas circunstancias.  Por lo que educadores/as como las familias debemos plantearnos trabajar desde la COEDUCACION. 

La coeducación consiste en educar desde la igualdad de valores de la persona. Su base está en el reconocimiento de las diferencias individuales de los niños y niñas independientemente de su sexo, partiendo del principio de igualdad.

Los teóricos del aprendizaje social consideran que los estereotipos de género se adquieren en la primera infancia a través de conductas aprendidas mediante experiencias directas e indirectas y la observación (aprendizaje vicario).  El respeto al otro y la no violencia se aprende con la practica de las relaciones que los niños/as establecen con las familias y en la escuela. Siendo siempre su entorno un ejemplo a seguir, por lo que, si sus referentes no actúan de tal manera, será difícil que interioricen un aprendizaje que no observan y por lo tanto no imitan. 

Dejo algunas pautas que se pueden seguir para iniciar la coeducación tanto en casa como en el aula, aunque debemos ser conscientes de que, para tener unos buenos resultados, es necesaria una óptima colaboración entre ambos espacios ya que están estrechamente relacionados.

COEDUCACIÓN EN CASA

Si se quiere empezar a implantar una educación basada en igualdad en casa lo primero que se debe hacer es mirar nuestro propio comportamiento, vocabulario y acciones.

Debemos fomentar aspectos como:

  • Cuidar el lenguaje para evitar comentarios sexistas y los estereotipos de género. En multitud de ocasiones tenemos tan interiorizados los micromachismos que no somos capaces de identificarlos. Por ejemplo: “llorar es de niñas”, “es así de revoltoso porque es un niño”, 
  • Practicar deporte y actividades físicas en familia, sin discriminación de género. Es importante que los niños/as desde pequeños tengan la oportunidad de conocer todos los tipos de deportes, y posteriormente decidir cual le gusta más, o desea practicar, pero no que sea por imposición, o dejándonos llevar por los grandes prejuicios que todavía en nuestra sociedad rodean al deporte.
  • Favorecer una comunicación y expresión tanto de sentimientos como de emociones libre y activamente entre todos los miembros. Todos los días se deberá dedicar un tiempo a la atención familiar, dónde es importantísimo que participen todos los miembros de la familia, para comentar cómo ha ido el día y cómo nos hemos sentido.
  • Tener un reparto de tareas domesticas que sea correspondiente a la edad y maduración de nuestros peques, sin tener nunca en cuenta el sexo de este. Todos participamos en todo.
  • Eliminar o evitar juguetes y ropa sexista, o, mejor dicho, evitar los prejuicios sexistas que tenemos sobre los juguetes, ropa u diferentes objetos. Por ejemplo, dando naturalidad a que un niño quiera disfrazarse de su protagonista femenina favorita de la película que más le gusta o que una niña quiera jugar con camiones.

Aunque en casa haya un progenitor que se dedique más a las tareas domésticas o al contrario, a las externas, sean cual sea las circunstancias, nunca debemos adherirlo al género.

COEDUCACIÓN EN CLASE

Al igual que en la familia, lo primero que debemos hacer es una autocritica de nuestro comportamiento, vocabulario y acciones con los alumnos/as, al igual que analizar nuestro espacio, ver si nuestra distribución de rincones es correcta e igualitaria, analizar los juguetes y el uso que le damos al igual que el de peliculas y cuentos, entre otros.

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  • Dirigirnos a nuestros alumnos/as con respeto y cariño, pero sin reproducir estereotipos como “princesas” para las niñas y “valientes” para los niños, o en el caso que lo usemos, que sea iguales para ambos.
  • Eliminar comentarios que contengan micromachismos, como: “dile a mamá que cosa esto” “No pasa nada, papá te lo arreglará” ….

Incluyamos a ambos en las frases, y relacionemos las aptitudes y habilidades de cada uno a la persona y no al género. 

  • Todos sean participes de las tareas de mantenimiento del aula como, por ejemplo, limpiar la mesa después del almuerzo, recoger las sillas, etc. Sin hacer diferenciaciones.
  • Fomentar la seguridad y la autoestima en ambos sexos, ayudándolos a expresar sus sentimientos y emociones correctamente y como algo natural que todo ser humano necesita.
  • Respetar y repartir los turnos de palabra, tanto en las asambleas como en diferentes actividades. Haciendo un reparto equitativo donde todos participen por igual y tengan su ratito de fama. También es importante que todos/as tengan su día, “Dia del encargado/a”, siendo utilizado el mismo testigo.
  • Trabajar la diversidad de forma natural, debemos aprovechar las diferencias para potenciar la igualdad basada en la autenticidad de cada uno.  Ser de diferente sexo, altura, aspecto físico, etc., es genial, trabajémoslo ¡Todos diferentes, todos iguales! ¡Somos únicos/as!
  • En nuestro lenguaje, el genérico lo utilizamos como masculino, no pasa nada, no tenemos que decir cada palabra en femenino y masculino, pero si que es adecuado utilizarlo en momentos determinados e ir incluyéndolo cada vez con más normalidad y naturalidad.
  • Analicemos los cuentos, películas y juguetes tradicionales y renovémoslos, al igual que utilicemos recursos novedosos y actuales. A veces creemos que solo existen los cuentos que nos contaban antes, es un error.
  • Trabajemos los diferentes tipos de familia, monoparentales, heterosexuales, adoptivas… Celebremos el día de la familia (15 de mayo). Fomentemos las relaciones afectivas y de respeto.
  • Los rincones pueden ser un gran recurso para que el alumnado conozca diferentes tipos de juguetes y roles. Es de gran importancia que demos a conocer a nuestros peques todos los juguetes (al igual que con los deportes) y que sean ellos/as quién elijan, pero no que se los demos ya preestablecidos por los adultos. 

Normalmente cuando los familiares se enteran del sexo de su bebé compran objetos estereotipados a ese sexo y no damos a conocer lo demás, los niños/as suelen tener un juguete preferido que les aporta seguridad, pero ese juguete lo eligen entre lo que los adultos le aportamos. Por ejemplo, a las niñas en un alto porcentaje todavía las rodeamos de muñecas y de peluches mientras que, a los niños de coches, herramientas, etc.  Por lo tanto, usemos los rincones para que conozcan gran variedad de juguetes, recursos, roles y actitudes, animando también a las familias que trabajen en casa con diferentes materiales.

Para terminar, vuelvo hacer hincapié en la gran relevancia que tienen nuestros actos y comentarios, por favor intentemos controlarlos y cambiarlos.

Recomiendo ver a los familiares u otros adultos el siguiente cortometraje y los animo a que busquen recursos novedosos como la lista de diferentes cuentos, para trabajar los valores, el respeto y la tolerancia.

Recordar que esto es solo una iniciación en la educación basada en la igualdad y el respeto, que es importante trabajarla e ir más allá para poder avanzar y conseguir nuestra meta.

María José Pozo Mendoza

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