Usar la atención para un buen comportamiento

La atención y el comportamiento

Tu atención es una gran recompensa para tu peque. Si tu hijo/a se comporta de una manera particular y llama tú atención, es probable que se comporte de esa manera otra vez.

Cuando prestas atención al buen comportamiento , le demuestras  que comportarse de la manera que te gusta despertará un interés positivo. Esto significa que puedes utilizar la atención para fomentar el buen comportamiento.

Cuando empieces a prestar atención al buen comportamiento, podrás darte cuenta de la frecuencia con la que mejora su actitud y se comporta mejor. También observarás que empiezas a sentirte más positiva porque estás más centrada en el buen comportamiento de tu hijo que en su comportamiento más difícil. Y a medida que tu peque responda cada vez más a tu atención positiva, es posible que su comportamiento sea menos difícil de manejar.

La atención positiva también consiste en mostrar interés por tu peque y amor en vuestra relación. Esto ayudará a tu hijo a sentirse seguro y querido, lo cual es importante para su desarrollo general.

Usar la atención para mejorar el comportamiento

La atención positiva para el comportamiento significa sintonizar con lo que tu hijo está haciendo y hacerle saber que has notado que es lo correcto y que tiene tu aprobación.

Hay muchas formas de prestar este tipo de atención:

  • elogios – por ejemplo, “Bien por compartir, Leo”
  • estímulo – por ejemplo, “Sigue intentándolo, Noa”
  • afecto físico o gestos – por ejemplo, abrazos y mimos, o un “pulgar hacia arriba” cuando tu hijo juega tranquilamente mientras tú estás al teléfono
  • escucha activa – por ejemplo, escuchar con interés cuando tu hijo te dice algo con una voz normal en lugar de gritar.

Este tipo de atención funciona mejor si lo haces a menudo , en vez de ocasionalmente. Eso es porque tienes el hábito de buscar lo positivo. Además, tu hijo recibe muchos recordatorios del tipo de comportamiento que le gusta y del que quiere ver más.

También puedes prestar atención al buen comportamiento en cualquier lugar – en el supermercado, cuando estás comiendo, lavando los platos o caminando a la escuela, y en el autobús. No se necesita tiempo adicional cuando es algo se que hace como parte de las interacciones diarias.

Elogiar el buen comportamiento es particularmente importante para el comportamiento que tu hijo ha encontrado difícil de aprender. Puedes elogiar tanto el esfuerzo como el comportamiento. Por ejemplo, tu hijo puede haber tenido muchos problemas para recordar que no debe interrumpir cuando estás al teléfono. Podrías decir algo como: “Bien hecho, Chloe. Sé que es difícil para ti esperar mientras hablo, así que te agradezco de verdad que me dejaras terminar.

En general, elogia a tu hijo seis veces por cada vez que lo corrijas .

Tu hijo no siempre se comportará de la manera que quieres. Así que el truco es prestar más atención al comportamiento que quieres, y menos al que no quieres. Puedes usar la ignorancia planificada y las consecuencias para mostrarle que su comportamiento no está bien, sin prestarle demasiada atención.

Darle atención a tu hijo: cómo hacerlo parte de la vida cotidiana

Cuanto más atención positiva le des a tu peque, más natural será, y mejor será para vuestra relación. Una buena relación contigo es también mejor para el comportamiento de tu hijo.

Aquí hay algunas cosas generales que puedes hacer y que también le ayudará en su relación y en su comportamiento:

  • Tómate tiempo para sintonizar con tu hijo. Fíjate en las cosas que le fascinan: hormigas andando por el suelo, pisar hojas secas por la calle… en lugar de apresurarlo a realizar la siguiente actividad. Fíjate en los libros que elige, o en las habilidades que tiene en los columpios del parque. Sabrá que es valorado si te interesas por las cosas que le interesan.
  • Sigue su ejemplo. Cuando pases tiempo con tu hijo, es bueno dejar que elija juegos o actividades siempre que sea posible. Esto envía el mensaje de que sus intereses son importantes, lo que le ayuda a sentirse querido y le da confianza.
  • Acércate. Puedes sentarte en el suelo, arrodillarte en la hierba o ponerse en cuclillas junto a la silla de tu peque. Mira a tu hijo y muévete a su lado en lugar de mirar desde el otro lado de la habitación. Míralo a los ojos, descruza los brazos y sonríe, sonríe, sonríe.
  • Comenta lo que está haciendo. Por ejemplo, podrías decir: “Veo que te gusta el camión rojo” o “Es un bicho interesante el que estás mirando”. Esto le muestra estás prestando atención y estás interesado. Construyes su confianza y tu relación simplemente prestando atención.
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